Aprender todos los días, pero no como en la escuela.
A muchos, no nos gusto la escuela. Algunos inclusive se fueron antes de terminar algún grado. Nos sentíamos obligados y controlados. Las materias no nos llamaban la atención. Sentarnos horas a escuchar el profesor sin poder hacer, nos parecía aburridor. Pues, bien. Ahora tenemos la posibilidad de hacer las cosas a nuestra manera y aprender a nuestro ritmo y según nuestro interés.
Sin embargo, la escuela nos permitió entender que es importante para nuestras vidas conocer y practicar.
Cultivar nuestro talento.
Porque encontramos en nuestra vida algo que realmente nos fascina, no tenemos ninguna dificultad en empezar a cultivar, desarrollar, aprender de él.
¿Pero donde buscar y cuáles son las fuentes de información idóneas para hacerlo?
Buscar y seguir buscando.
De más fácil acceso, el Internet tiene muchos contenidos y tutoriales. Los videos, los podcasts, los cursos gratis en línea, las herramientas digitales son geniales, pero, frecuentemente, son muy específicos y lo primero que buscamos es algo que nos dé las generalidades para luego ir a los detalles.
Entonces, es preciso que no nos quedemos solamente en lo más a mano. Los libros, revistas, escritos que podemos encontrar sobre nuestro tema de predilección en bibliotecas, también sirven para ampliar la información de manera más certera.
Luego se trata de encontrar personas de carne y hueso que nos van a hablar de sus experiencias. Así, verificaremos lo que nos han dicho las otras fuentes.
Compartir con familiares y amigos, empresarios del sector, aficionados en la materia nos permite concretar cada vez más lo que queremos hacer
Y finalmente, profesores y estudiantes nos pueden escuchar y orientar.
Cuidado con la confiabilidad de las fuentes
En cada paso, tenemos que cuidarnos de la confiabilidad de cualquier información que se nos atraviese.
Todo el mundo puede hablar de los temas que nos interesan, pero las realizaciones concretas y demostrables, los testimonios de personas estudiadas del tema nos dan elementos de prueba sobre la calidad de lo que encontramos.
No nos debemos equivocar porque montaríamos nuestro negocio sobre arena.
Seguir investigando y aprendiendo.
Mas compartimos, más aprendes, más criterios y más saberes ciertos tendremos sobre nuestros temas predilectos. Y cuando otras personas ya nos buscarán y les interesarán nuestros puntos de vista, sabremos que ya hemos llegado a ser maestros en nuestra materia.
No obstante, nuestro nuevo estatus de conocedor de un tema, tampoco nos puede permitir sentarnos sobre los laureles.
Siempre tendremos que estar alertas, seguir al tanto de las nuevas tendencias, quedar al tope de nuestro arte.
Lo más rico es aprender cada día.
Es exigente. Sí. Pero también es una de las cosas más bonitas que tiene el oficio de empresario: todos los días se aprende, todos los días se conocen nuevas cosas y personas.
Preguntas de reflexión:
- Enumeramos nuestras fuentes de información concretas: videos, podcasts, libros, revistas, sitios web, personas, …
- Describamos lo que hemos realizado para fortalecer los conocimientos sobre nuestro talento.
- ¿Cuáles son los criterios que nos indican que estas fuentes de información son confiables?
- ¿Cómo pensamos seguir fortaleciendo aún más nuestro talento?