Compartamos nuestra idea cada vez que podemos.
Si pensamos que lo original de nuestra idea es nuestra manera particular de ponerla a funcionar, nada nos detendrá para compartirla con toda persona lo suficiente cortés para escucharnos y… (es lo más interesante) darnos su opinión.
Adiós al recelo para compartir
Todos tenemos recelos al respeto. Básicamente por 3 razones:
- Temor que el otro nos robe nuestra idea.
- Miedo de que destruya nuestro sueño o modifique algo importante para nosotros.
- Persuadidos que los otros no nos puede ayudar, porque no conoce, no sabe lo que nosotros estuvimos horas investigando.
Pero si nos quedamos con nuestra genialidad a solas, nunca tendremos la posibilidad de oír, comprender, confrontar nuestra idea con personas reales que lejos de apagar nuestro bombillo lo pueden poner a brillar.
Nuestra idea va a cambiar…para bien.
Cada humano con el cual compartimos nuestra idea es una nueva oportunidad de expandir, simplificar, concentrar, animar, replantear, voltear, matar, resucitar, cambiar, enfocarla…
Es mejor eso que de seguir un tiempo largo sin retroalimentación y fracasar en su ejecución cuando es tan fácil de detectar algunas falencias socializándola con un máximo de personas, cada una con su punto de vista.
Entonces, a compartir con todo el mundo.
Más vale que desechemos la idea a tiempo.
De que vale que acariciamos una idea, que nos ilusionamos con el proyecto, que empezemos a comprar varias herramientas si las personas nos avisan de que nuestra idea no es realista.
Soñar cuando todo el mundo nos dice que nuestra idea no es buena, practica, viable, rentable…es como vivir una pesadilla.
Escuchemos a la gente del común o expertos, dejémosle opinar libremente, darnos sus opiniones…antes de invertir algo.
Cambiar nuestra idea.
Posiblemente, tenemos que cambiar varias veces de idea antes de encontrar una que parece tener todos los aspectos necesarios para ser viable, factible y rentable.
Pero para eso no podemos obstinarnos en querer a toda costa realizar una idea que todo el mundo descarta porque pensamos que somos los más geniales o porque pensamos que las personas solamente tienen la gana de robarnos esa idea.
La idea genial…no existe.
Entonces, no se pueden robar.
Pero si existen lineamientos empresariales que nos permiten poner a funcionar un proyecto que para nosotros será el mejor proyecto. No para los demás.
Preguntas de reflexión:
- Enumeramos las razones por la cual no compartimos nuestra idea.
- ¿Con cuantas personas hemos compartido nuestra idea de negocio?
- Enumeremos cinco personas más a las cuales les vamos a compartir nuestra idea.
- Explicamos como las opiniones recibidas han hecho avanzar nuestra idea.