Como crear su empresa solidaria, Proyectarnos

Dos aliados: nuestro talento en ventas y el tiempo.

Mejor seamos buenos vendedores.

Si la primera tarea y el motor de toda empresa son las ventas (ver la brújula de los negocios), es importante que seamos buenos vendedores.

Si no lo somos, tranquilos. Se puede aprender. Pero tenemos que saber que lo tenemos que hacer. Es imperativo. Sin vender, nuestro emprendimiento solidario simplemente no existe.

La mayoría de las personas decimos NO gustar de las ventas. ¿Por qué?

  1. Hemos tenido malas experiencias (generalmente nos rechazaron el producto una y otra vez) y, como el niño que no quiere volver a montar su bicicleta al caer, nos quedamos con ella de por vida.
  2. No nos sentimos seguros al momento de relacionarnos, ni de nosotros mismos, ni de nuestro producto o servicio, ni de nuestras condiciones de venta (precio, posibilidades de pago…)
  3. Nos enfrascamos en vender y no en suplir necesidad
  4. Por desconocimiento, buscamos vender algo que nadie quiere.
  5. Nos esforzamos a vender nuestro producto o servicio a todo el mundo y no a buscar los que lo necesitan de verdad.

¿Las ventas, un suplicio? Cambiémosle el enfoque

Las ventas para nosotros pueden ser el peor de los oficios, es un suplicio permanente.

Pues no. Vender es la más bonita y satisfactoria de las actividades. Falta cambiarle el enfoque.

¿A quién no le gusta ayudar a su prójimo? ¿Quién, si tenemos una solución para resolver un problema, vamos a dejar sufriendo a los demás? 

Al menos que seamos los más egoístas: nadie.

Es eso, vendiendo nos volvemos “los que resuelven problemas”.

Solamente, nos falta buscar las personas que tienen el problema que resuelve nuestro producto o servicio. ¿Quiénes son? ¿Qué edad, ocupación, educación, salario tienen?

Haciéndonos estas preguntas y otras que nos vendrán en mente, seguramente encontraremos clientes para lo que estamos ofreciendo.

¿Ya nos asustamos menos? Todo es cuestión de técnica…Ya lo veremos más adelante.

El tiempo es tu aliado.

El adagio popular dice que “el tiempo es oro”. Y es por eso que no lo podemos desperdiciar.

Es verdad que el tiempo es muy valioso, que se escapa entre los dedos y que más vale aprovecharlo al máximo.

Pero los empresarios NO lo aprovechamos de la misma manera que el común de los mortales.

Los empresarios lo aprovechamos de 3 maneras distintas. Para nosotros, el tiempo…

  1. pasado es sabiduría. Hemos aprendido a sacarle todas las lecciones y los aprendizajes, sin quedarse una y otra vez en la nostalgia, los remordimientos, los sentimientos negativos, la añoranza de épocas mejores.
  2. presente es acción. Actuar hoy tomando en cuenta lo aprendido en el ayer.  Por eso, el mejor momento para hacerlas cosas siempre será hoy.
  3. futuro es oportunidad. Oportunidad detectada, reflexionada y analizada a la luz de la experiencia adquirida y de la acción asumida.

Nosotros también podemos volver el tiempo un amigo.

Tomamos un momento de descanso para recompilar nuestra experiencia, ojalá por escrito, para que nos sirva para acumular saberes y a las generaciones venideras para crear memoria y herencia.

Organicémonos mejor para aprovechar cada instante como si de nuestra organización dependiera nuestros logros. Y de hecho, depende de ella.

Busquemos, miremos, leamos a interpretar las señales de posibilidades de negocio, de actividades productivas que mañana serán las más lucrativas, impactantes y motivantes para seguir en la pelea.

Preguntas de reflexión:

  1. Dediquemos un tiempo para recordar nuestras experiencias en ventas
  2. Analicemos a fondo las razones personales que nos impide o nos alienta a vender.
  3. ¿Ya hemos pensado en todo lo que hemos aprendido y lo hemos escrito y compartido?
  4. ¿Cuáles las enseñanzas para el presente y futuro que nos ha dejamos nuestro pasado?

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