Como crear su empresa solidaria, Proyectarnos

Una estrategia de negocio de cara a los clientes.

Tenemos que guardar todo por escrito.

No nos fijamos en nuestra menoría, en nuestra capacidad de recordar, en nuestros dones de sintetizar mentalmente.

Por favor, ¡escribamos!

Aunque no nos guste, escribamos desde el primer momento en que pensemos en un proyecto.

Es la única manera de que no nos escape nada: la idea genial en la cual pensamos en clase pero que ya olvidamos, el detalle que nos parece importante para el logro de nuestra meta pero que ya paso en el limbo…

De algunos rayones, puede salir el negocio del siglo.

Son muchas situaciones de la vida en la cual nos puede surgir algo maravilloso, precisamente porque es fruto de un problema que están viviendo, de una necesidad insatisfecha, es un pensamiento alternativo que puede ser el inicio de una gran aventura empresarial…si no lo olvidamos escribiéndolos.

Si ya tomamos esta buena costumbre, sigamos adelante. Sigamos buscando todos aquellos elementos de innovación, producción, administración y ventas (¿nos acordamos de la brújula de los negocios? – punto 6 de nuestros temas de empresario), que nos parecen significativos para nuestro proyecto.

Escribamos, reflexionemos, sale más barato.

A cada momento, podremos ponerlos en relación entre todos para encontrar una estrategia armoniosa, que tiene pies y cabeza, que tiene sentido, no para nosotros, sino para posibles clientes.

El análisis conjunto de todos los elementos ya reflexionados nos permitirá descartar algunos, retener otros, nos dará varias rutas para seguir pensando.

Guardamos todas las ideas y detalles más pequeños para someterlos a los clientes.

No escojamos ya. Sigámoslas todas. Y sobre todo no nos fijemos en nuestros gustos, en nuestras preferencias sino en los gustos y las preferencias de los que serán nuestros próximos clientes.

Es con ellos que tenemos otra tarea, investigamos, interrogamos a los que pensamos serán nuestros primeros compradores. No solo a nuestros familiares: podemos recibir respuestas amañadas según lo que piensan de nuestro proyecto. Tenemos que preguntar a desconocidos y personas que no tienen ningún interés en mentirnos.

Recibamos estos comentarios con humildad, realismo y agradecimiento.

No descartemos ninguno. ¡Y sigamos reflexionando que algunas hojas de papel salen más baratas que cualquier inversión mal hecha!

Con todos nuestros elementos armamos una estrategia ganadora a los ojos de algún tipo de clientes.

Varias personas nos recomendarán eso, otras aquello, otras más dirán lo que necesitan y que no encuentren en el contexto.

Con lo que han dicho, podemos ahora montar una estrategia empresarial. Habrá que someter esta estrategia a los números y la parte financiera y decidirnos por la más viable.

Pero definitivamente estamos en el buen camino.

Preguntas de reflexión

  1. Escribamos nuestro proyecto (todas las ideas por más absurdas que nos parezcan)
  2. ¿Qué dicen las personas que les faltan? ¿Qué les gustarían encontrar y que no encuentren?
  3. Seleccionemos una estrategia basada en la brújula de los negocios que nos parece viable y factible para nosotros.

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