Ojalá nuestra diferenciación no sea únicamente precio bajo.
Otra diferenciación muy en boga entre los empresarios es de buscar un precio más bajo y cimentar toda su estrategia empresarial sobre este solo hecho.
Es una diferenciación fácil de reproducir más aún con las empresas ya presentes en esta actividad.
¡Ellas si pueden bajar precios porque conocen el mercado y conocen los clientes!
A menudo es dejar el futuro de nuestro negocio en manos de otros.
Bajar precios sin más, es algo como suicidarnos antes de empezar. Es confiar demasiado en nuestra cadena de producción o en nuestros proveedores.
Pero ¡si la baja de precio corresponde a un mejor aprovechamiento de los recursos, nuevos métodos, procedimientos o modelo de negocio, siga adelante!
El cliente espera algo más y esta listo para para comprar ese algo más.
No olvidemos que en el precio esta nuestra ganancia. Si vendemos debajo de cierto nivel, cada vez que vendemos un producto es como si le estuviéramos regalando dinero a nuestro cliente.
Y aún los clientes pueden ser muy atentos en los precios (sobre todo para productos o servicios comunes), nunca nos aceptará una mala calidad.
Un producto defectuoso desde los primeros días de uso, un servicio mal prestado que necesita largas peleas para obtener garantía es signo de nuestra incompetencia y del inicio de nuestra empresa.
Nunca demos unos precios mal calculados.
¡Tenemos que saber cual es nuestro valor, cuales son nuestros resultados y ventajas demostrables y por consiguiente cual es nuestro justo precio!
Preguntas de reflexión:
- ¿Nuestra única diferenciación es la del precio bajo? ¿Cómo podemos cambiar eso?
- ¿Analiza qué otra diferenciación puedes aplicar?
- Enumera los pasos que tuviste en cuenta para establecer precio
- ¿Qué conoces de tus proveedores?