Como crear su empresa solidaria, Nuestros talentos

¡Que rico encontrar gente nueva y interesarnos por ellos!

Un talento imprescindible para un empresario: don de gente.

Podríamos definir don de gente como la destreza que hemos adquirido durante nuestra historia personal para relacionarnos con los demás.

Pero cuando hablamos de los demás, no hablamos solamente de nuestros amigos, los miembros de nuestra familia, nuestros vecinos y las personas del barrio. No.

Estamos hablando de personas que no conocemos, que se nos presentan así de primera a secas, personas con las cuales nos asustamos un poco relacionarnos, personas que pueden ser muy distintas a ti.

Como todo talento ya sabemos que se puede cultivar a cualquier edad. Obvio que, si empezamos pronto, mejor nos ira en nuestras ganas de ser empresario.

Reuniones, salidas, trabajos, estudios, todas las ocasiones son buenas para empezar. Vencemos nuestra timidez natural. Todos somos tímidos en algunas circunstancias…

Pero, la persona con la cual nos gustaría relacionarnos está delante de nosotros, en este momento.

Existen cosas que no aprendemos sino haciéndolas. Está en una de ellas. De igual forma que hablar en público o nadar.

Lancémonos al agua.

No somos ni más ni menos que nadie. El presidente de la República, la ministra, el Papa, la premio nobel…, son personas como nosotros.

Cuando los vemos en la televisión, nos parecen intimidantes, lejos, grandes y nos da algo de temor de acercarnos a ellos, pero si los imaginamos en la intimidad de su casa, haciendo oficio, cocinando o tomando una ducha, ya no parecen más cercanos.

Son personas comunes. Simplemente, la vida les puso a tener un rol predominante…a veces, muy pesado de llevar.

Nuestro rol es de ser empresario y nuestra tarea es de encontrarnos con ellos, saludarlos.

¿De qué vamos a hablar?

Posiblemente, no encontraremos mucho que decir. ¡Nuestras realidades son tan alejadas! Sin embargo, si empezamos a discurrir sobre ellos, lo que vemos en ellos de bonito, de retador, de fascinante, nos podrán escuchar más fácil. Y si iniciamos para mirar a nuestro alrededor, lo bien arreglada que es la oficina, que hermosa es su ropa, que linda es su familia al verla enmarcada en un retrato sobre el escritorio… Ojo, ¡lo que decimos tiene que ser unas felicitaciones sinceras!

Reconocer nuestras mutuas emociones.

Al igual que nosotros, la persona que tiene al frente puede estar asustada, preocupada, estresada, dispuesta de escuchar o metida en un problema que surgió en este momento…

Nosotros ganaremos mucho si primero reconozcamos como estamos emocionalmente antes del encuentro. Por ejemplo, el hecho de sentir que tenemos miedo, por arte de magia, alejará esta emoción y ya nos sentiremos mejor.

Pasa lo mismo que la persona que tenemos al frente. Si entendemos que esta preocupada o enferma, ella se dará cuenta de eso y no agradecerá.

Obviamente, existen también circunstancias en las cuales ella nos pedirá de retirarnos – o mejor se lo propondremos – porque de nada serviría de insistir.

¿Porque el don de gente y la facilidad de entrar en relación es tan importante?

Sencillamente porque el primer talento que tendremos que desarrollar para nuestro negocio es el de vender…y las ventas se realizan a base de relaciones sociales, buscando en los demás la necesidad que ellos pueden tener de lo que ofrecemos.

En eso nos pueden ayudar las otras personas que ya hacen parte de nuestro proyecto, pero siempre es importante que todos aprendamos a entrar en contacto.

Juzgan a nuestro producto, a su precio según su interés.

Es muy posible que tengamos mucho que caminar y que recibir como respuestas: “NO”. Pero tenemos que entender que la persona que pensemos pueden ser un cliente nunca nos juzga a nosotros mismos sino a nuestra oferta, nuestro producto con su precio, la oportunidad para ella de comprarlo, la disponibilidad que tiene en este momento del dinero para hacerlo…

Y todo eso lo podemos descubrir si se lo preguntamos. Al menos, si no hemos vendido, habremos aprendido un montón de cosas sobre el cliente y nuestro producto o servicio.

Y este último siempre lo podemos mejorar para responder mejor a las necesidades de nuestros posibles clientes.

Preguntas de reflexión:

  1. Define en tus propias palabras que es tener don de gente.
  2. ¿Crees que tienes este talento?
  3. ¿Porque necesitan las empresas este talento?
  4. Enumeras tres lugares o eventos en los cuales podrás perfeccionar este talento.

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